¿Qué son los Registros Akáshicos?
por Tarwe Hrossdottir
Hace ya varios años, cuando estudié registros akáshicos, estaba igual de emocionada que muchas de las personas que llegan a estudiar conmigo.
Como ellos, pensaba que esta era una herramienta maravillosa para poder saber más acerca de quién soy y del camino que quiero seguir.
Entiendo perfectamente la emoción de mis estudiantes, y también entiendo sus dudas al empezar en este camino y por eso he decidido compartirles este artículo que tiene extractos del libro que publicaré a finales de este año.
Para todo aquel que se acaba de topar con este curioso término, los Registros Akáshicos son la impronta energética que vamos dejando conforme vivimos.
Estamos formados por energía y cada uno de nuestros pasos va dejando una huella que se queda registrada para siempre. Por supuesto, mientras más pequeños o delicados sean los pasos, la marca será menor; mientras más violentos o repetidos sean, la huella será más profunda.
Así que cuando salí a comprar pan a la calle de al lado, dejé una marca energética, pero esta no tiene mayor trascendencia como la que quedó cuando me trajeron de pequeña a vivir a México. Menciono esto porque a veces creemos que solo tenemos registros cuando somos adultos o cuando actuamos en conciencia, pero hay un rastro de nuestro paso que se está generando las 24 horas del día, los 365 días del año a partir de que somos concebidos.
¿Cómo se leen los Registros Akáshicos?
Los registros se leen de forma muy fácil ya que es como ver la hoja de un electrocardiograma.
Nuestra vida cotidiana lleva un ritmo habitual, con picos un poco más bajos y más altos pero nada extraordinario. Sin embargo, cuando vivimos una experiencia que cambia el curso de nuestro sendero, o cuando hay una pauta que se repite por un periodo prolongado, entonces hay variaciones significativas en ese patrón.
En realidad podemos leer cualquier registro, solamente que aquellos con más fuerza son más fáciles de encontrar o salen antes que otros, como si quisieran llamar la atención del terapeuta.
La forma que yo utilizo para leer registros es muy simple y no comprende ningún ritual elaborado, ni palabras extrañas para pronunciar.
Solamente me siento delante de la persona y le pregunto ¿en qué le puedo ayudar? Una vez que me ha contado la razón por la que viene a verme, y que he corroborado que esta técnica es la mejor para esa situación, entonces simplemente tomo una respiración profunda, cierro los ojos y dejo que vengan a mí las palabras que tienen que llegar.
Hablo despacio, a veces con frases muy lógicas, a veces solo con conceptos aislados, permitiendo salir a la información.
Esta es la clave de una buena lectura de registros: confiar en lo que uno dice y para eso es que debes cerrar los ojos.
No porque entres en trance, sino porque le quitas poder al ego, a la vergüenza y a la duda.
Mientras no puedas ver a la persona que tienes enfrente, puedes concentrarte en ti mismo y dejar salir la información que obtienes tal y como viene.
¿Para qué aprender a leer registros akáshicos?
Todas las personas, todo el tiempo, estamos leyendo registros de forma inconsciente.
Nuestro cerebro actúa en más planos sin que nos demos cuenta, de lo que hace cuando estamos alerta. ¿Te has puesto a pensar que él no ve a través de los ojos?
El cerebro “observa” por medio de estímulos sensoriales de todo tipo, que traduce en señales eléctricas y químicas. Imagínate entonces la cantidad de información que procesa al mismo tiempo tan solo cuando te comes un durazno.
Reconoce por el tacto el tamaño, la forma y la textura de la fruta; el sabor se extrae en la lengua, pero también su consistencia, y si es peligroso o no para el organismo.
La vista percibe su color, también el tamaño y la forma, y la distancia a la que está. Con el oído podemos diferenciarlo de algo como un tamarindo o un cacahuate crujiente y con el olfato sabemos si está maduro, verde o en descomposición.
Además de eso, la memoria tendrá asociaciones que lo liguen a la mermelada que te hacía tu abuela o al dulce que tanto odiabas cuando eras niño.
Esta es solo una breve descripción sin entrar en detalles, de todos los mecanismos que intervienen al comer una fruta, entonces imagínate lo que sucede con cosas más complejas.
¿Verdad que ahora tiene sentido eso de que vamos dejando huellas?
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Cualquier persona puede leer Registros Akáshicos
Aprender a manejar esta información de forma adecuada, nos permite leer el “electrocardiograma” de nuestra vida, yendo a los momentos en los que una huella se quedó marcada para siempre, consciente o inconscientemente.
Y una vez que la tenemos ubicada, entonces podemos superarla, entenderla, perdonarla, y seguir adelante con nuestra misión.
Cualquier persona tiene la capacidad para leer registros y se verá beneficiada al entender por qué tomó ciertas decisiones, al conocer cuál es su misión en la vida, los asuntos recurrentes a los que se enfrentará, cómo hacerles frente y a liberar contratos, promesas, juramentos y maldiciones que nos condicionan a vivir parcialmente sin explotar totalmente nuestro potencial.
Escucha en Spotify, el podcast en el que Tarwe habla sobre los Registros Akáshicos
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Los Niveles y las Iniciaciones de Registros Akáshicos
Siempre me preguntan cuántos niveles doy en el taller y la respuesta es un solo nivel. En el mercado hay todo tipo de certificaciones, talleres y cursos de fin de semana con múltiples niveles y condiciones para poder recibir un diploma que te avale como lector de registros akáshicos.
En una sociedad donde nadie es nadie si no está avalado por otro, la espiritualidad no es la excepción a la regla. El curso que yo tomé tenía tres niveles, cada uno por supuesto mucho más caro que el anterior, con un material impreso de muy mala calidad en todos los sentidos posibles y con una información a cuenta gotas.
La lectura de registros es solamente una técnica que se aprende fácilmente con unas pocas horas de entrenamiento. Lo verdaderamente importante es la práctica que le des al taller, para que tengas muchas más horas de vuelo que sentado en un pupitre viendo diapositivas.
Leer registros akáshicos solo requiere práctica y paciencia
Cuando aprendes cómo está estructurada la información, para qué se pueden usar, qué responden, cómo consultarlos, cómo transmitirlos y cómo orientarlos, todo lo que te queda por hacer es salir al mundo, olvidarte de niveles y de iniciaciones y ponerte a practicar.
En el taller que imparto aprendemos todo esto y la clave es cómo organices la información. Puedes llenar horas y horas diciendo lo mismo de forma diferente, dando información de relleno, otorgando frases mágicas para que abras los canales energéticos y llames a los guías, realizando rituales mágicos para que la gente piense que ahora es poseedora de un don, pero nada sustituye a la claridad y a manejar los datos de forma concisa.
Así, en cinco horas aprendemos los fundamentos, para después ponerlos en práctica todo el tiempo que queramos en el mundo real. Y al terminar el taller podemos trabajar con los registros propios y los de otras personas, tenemos la capacidad para leer registros de lugares y momentos (archivos espacio-temporales), podemos leer registros de animales, plantas y cristales. Y en general, desarrollamos la habilidad para leer los registros akáshicos de todo lo que existe, porque todo está formado de energía, aun lo más denso.
Toda la información sobre nuestro Curso de Registros Akáshicos está aquí.
Copyright© Tarwe Hrossdottir
tarwe@hdiosablanca.org