Corte de Lealtades y Alianzas Kármicas para Sanarnos

por Sac. Tarwe Hrossdottir

Un corte kármico sana las lealtades, alianzas, juramentos, promesas y contratos kármicos con creencias limitantes y sentimientos negativos. Corta las anclas que no te permiten crecer y cumplir con tu Misión en esta vida.

 

Qué alianzas y lealtades hice en el pasado

Vamos a analizar cuatro situaciones.

Caso 1. Imagina que tu papá falleció cuando eras adolescente dejando a tu mamá y a tus hermanos sin ninguna forma de proveerse. En ese momento le juras que te harás cargo de tu familia de ahora en adelante. Durante algún tiempo, tu juramento ayudó a que tu familia saliera adelante ¿y tú? ¿saliste adelante también? ¿hiciste tus sueños realidad? ¿seguiste tu camino o viviste para los demás? Ahora imagina que tus hermanos ya tienen sus vidas, pero como se acostumbraron a que tú siempre estabas para darles apoyo, tienes que seguir resolviendo sus problemas familiares, haciéndote cargo de sus hijos, de sus deudas, de sus enfermedades. ¿Es justo?

Caso 2. Tienes una relación por varios años en donde con plena conciencia ambos se prometen amarse toda la vida, pero nunca se casan por ninguna ley. Después de algunos años ambos cambian, pero la relación entre ambos ya no es compatible. ¿Qué haces con todos esos juramentos? ¿Te quedas con esa persona para toda la vida porque le dijiste que querías estar con él/ella para siempre?

Caso 3. Tu mamá se separa de tu papá en un divorcio terrible, con amenazas, juicios y discusiones todo el tiempo. Así que tu hermano y tú hacen un pacto para nunca tener hijos y que vivan lo que ustedes vivieron. Pasado el tiempo, a ti te es imposible tener hijos aun después de varios tratamientos pero jamás lo asocias a lo que hiciste en el pasado. ¿Seguirás honrando ese pacto?

Caso 4. Has pasado por tres trabajos y cada uno es peor que el anterior. Solamente hay explotación, abuso y envidias. En el último cuando te corrieron estabas tan enojado que gritaste furioso que jurabas nunca más tener un trabajo así. A partir de entonces, te es imposible mantener un trabajo estable por más de 6 meses. ¿Vas a serte fiel a ti mismo?

 

Las promesas que no se pueden cumplir

Todo el tiempo se nos dice que debemos ser honestos, cumplir con lo que prometemos y ser buenas personas. Lo vemos en toda suerte de libros, películas o cursos. Así crecemos con una idea de que, sin importar la situación, debemos cumplir con nuestra palabra.

Pero en ocasiones muy particulares, esto tiene un grave costo: «el Deber Ser y el Deber Hacer».

Simplemente hay promesas que no vamos a cumplir, otras que no deseamos cumplir y otras que no debemos cumplir.

De la misma manera, habrá promesas que si vamos a cumplir, otras que deseamos cumplir y otras que sí debemos cumplir.

Nuestro aprendizaje está en distinguirlas para hacer lo correcto. Tampoco digo que seas una persona sin ningún sentido del deber, pero a partir de ahora, reflexiona muy bien con quién y para qué haces alianzas, y ponles condiciones, fecha de caducidad, o reflexiona si piensas cumplirlas realmente.

La palabra debe honrarse, sí, pero también debes ser feliz.

 

[Tweet «Un juramento es una palabra sellada por un acto #CorteKarmico«]

 

El grado de conciencia de una alianza

Una de las preguntas que muchas personas se hacen en los Registros Akáshicos es si tienen algún pacto que los esté bloqueando en algún aspecto de su vida. La mayoría de las veces no hay nada, pero en algunos casos estas alianzas son muy visibles o solamente se pueden observar después de algún tiempo trabajando con su linaje.

A veces los pactos tienen tanto tiempo o están tan soldados en la historia del consultante que ni siquiera son fácilmente visibles. Es como si los tuviera escondidos en una caja fuerte de la que no hay llave, ni combinación. Peor aún, a veces los beneficiarios de ese «deber hacer» ¡ya están muertos y seguimos siendo solidarios con ellos!

Sin embargo, cada juramento que hacemos es directamente proporcional al grado de conciencia con el que lo hicimos.

Por ello cuando te casas y juras en conciencia delante de las leyes de un país y delante de las divinidades, de tus ancestros, familia y amigos que amarás a alguien en la salud y en la enfermedad, en la pobreza y en la riqueza durante toda la vida, es muy fuerte. Lo mismo sucede cuando haces alianzas con miembros de tu familia o personas que son extremadamente cercanas a ti. Esto es porque hay una relación muy fuerte entre ambos y eso hace que la promesa traspase el tiempo y la distancia.

Si le juras a alguien que solo viste una vez que lo amarás toda la vida, y sigues atorado en esa promesa, probablemente no sea un pacto real, sino una fantasía para escapar de tu realidad.


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Nuestros pensamientos crean la realidad perceptible: el Universo es Mental.

El Kybalion nos dice en el principio de Mentalismo, que todo se crea a partir de la mente, y así es en realidad. Para que este artículo viera la luz, primero necesité la idea de escribirlo.

Una vez que existe una idea, esta busca manifestarse de alguna forma: en palabras o actos. Un juramento es una palabra sellada por un acto.

A veces ese pensamiento es personal y el pacto es con uno mismo. Otras veces, ese pensamiento es compartido por dos o más personas y entonces el juramento se hace colectivamente, como cuando cada lunes en el colegio hacemos honores a la bandera y juramos defender a nuestra patria. La pregunta es ¿cuántos de nosotros honramos ese juramento cada día de nuestra vida? Muy pocos, porque la mayoría lo hicimos por obligación, sin la menor conciencia y repitiendo por hábito las palabras. Es decir, aun habiéndolo repetido muchas veces, el juramento no trascendió kármicamente por ello no nos sentimos obligados consciente o inconscientemente a cumplirlo.

Si tienes uno de estos pactos, no te juzgues, ni juzgues a la otra parte. Obsérvate con compasión, porque en ese momento lo hiciste creyendo que era lo correcto. Y probablemente lo era, pero ya no lo es más. No puedes juzgarte hoy hacia el pasado porque no es justo.

 

Cómo cortar con un bloqueo kármico

Para hacer un corte kármico primero tengo que ser consciente de aquello a lo que estoy atado. De nada sirve que hagas un corte genérico, porque debes tenerlo consciente para no repetirlo nunca más.

Busca en tu vida si hay un patrón con algo que te pone triste, te impide crecer o hace que no cumplas tus sueños.

¡No necesitas tenerlo! Si no lo encuentras está bien. No todo mundo tiene bloqueos producto de estas alianzas, a veces simplemente son creencias sencillas producto de la educación o las vivencias que debemos transformar. Pero si hay algo que ha permanecido a través de los años y se las ha arreglado para escabullirse aun haciendo decenas de trabajos y sanaciones, entonces seguramente sea una de estas promesas. Si dices «yo pensé que ya lo había trabajado» y otra vez surgió de las profundidades, seguro es una lealtad de este tipo.

Cuando encuentres la situación, como en alguno de los casos de los ejemplos, entonces deberás revisar quiénes intervienen en esa alianza, con quién o quiénes estás manteniendo una solidaridad que ya no tiene ningún sentido cumplir. Muchas veces estas personas ya están muertas y seguimos rindiéndoles homenaje a través de nuestro sufrimiento.

Saber si están vivos o muertos es importante. Si están vivos, lo más sano será romper juntos ese pacto, quedando ambos en paz. Si una de las partes ha muerto, el trabajo es un poco más difícil porque habrá que contactar con su espíritu para romper con esa alianza, pedirle la llave de algo o tener alguna información que necesitamos. Esto se puede hacer con diferentes técnicas: recodificación de memorias, en un viaje chamánico, una sesión espiritista o un ritual especial destinado a ello.

 

Cómo sé si he hecho algún juramento con alguien y debo romperlo

Es importante decir que en bastantes casos, no hay un juramento explícito de por medio. Solamente que el «deber ser» y el «deber hacer» pesan tanto que, tácitamente, nos solidarizamos con el odio de alguien cercano, con su huida, con su dolor, con su miseria. Esto pasa a menudo entre padres e hijos y hermanos por la relación tan cercana que tenemos.

Al ser solidario con el sufrimiento de la persona que amo o a la que le debo respeto, creo una fuerte sensación de honorabilidad, de cumplimiento de un deber moral. No necesité haber dicho nada, simplemente «el deber me obliga«. Y en ocasiones esa obligación se lleva arrastrando por generaciones (como los odios entre familias), de vidas pasadas (como las promesas amorosas), o desde algún evento específico en esta misma vida (como los ejemplos al inicio del artículo).

Ser solidario con el dolor de un padre o un hermano que ya falleció no tiene ningún sentido, porque tú estás vivo, este es tu momento.  No es justo que tú cargues con los rencores de alguien más, ni con los actos y decisiones de otros.

Por medio de una lectura de tarot, runas o registros akáshicos es posible saber si sigues honrando un deber con alguien. También puede llegar a ti la información en un ritual, en una meditación profunda, en terapia o siendo consciente de que hay algo que te está bloqueando un área de la vida.

Corta con todo aquello que sea un lastre para ti, tu único deber es ser feliz porque esta es tu vida.


Te invitamos a tomar  nuestros tres talleres relacionados específicamente con estos casos:

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