El Gran Rito: ¿Qué es Realmente?
por Sac. Tarwe Hrossdottir
El Sacerdote, tomando la espada en sus manos, dice:
«En nombre del Dios,
Señor de la Luz y el movimiento, de la juventud,
el ardiente amante, esposo, padre bondadoso,
guerrero salvaje del bosque, mago y sabio eterno,
consagramos y cargamos esta espada con el poder de la tierra y de los cielos».
La Sacerdotisa, tomando entre sus manos el cáliz, dice:
«En nombre de la Diosa,
Señora de la noche y de la creación,
jovial belleza, esposa, madre incansable, guerrera, abuela y sabia eterna,
consagramos y cargamos esta tierra y agua
como instrumentos de magia y transformación».
El Sacerdote introduce la daga en la copa y ambos dicen:
«Como la espada es a la copa,
como la noche al día,
como el principio al fin,
sagrado el acto, sagrada energía,
todos somos testigos del poder de la creación y dadores de vida sin fin».
El Gran Rito y la Fertilidad
Mucho se ha hablado acerca de este antiguo ritual de fertilidad.
Muchos mitos sobre él se han cernido, a la luz de los prejuicios, de los tiempos y de las diferentes formas de practicarlo.
Pero el Gran Rito es un símbolo de fertilidad que ha pasado por generaciones en la magia.
En la mayoría de las culturas, el matrimonio ritual entre un hombre y una mujer que representan al Dios y a la Diosa, respectivamente, se ha llevado a cabo en una ceremonia sagrada. Inclusive velada de los ojos profanos.
Sir James G. Frazer le dedica un capítulo entero en La Rama Dorada.
El bosque como proveedor de vida
En la mitología romana, tres personajes eran fundamentales para la vida: Diana, Ceres y Baco.
Esta triada estaba consignada a mantener abundante lo más importante: la riqueza del bosque, la agricultura y el vino.
Símbolos inequívocos de la cultura romana, estos tres dioses mantenían rituales mistéricos que se mantuvieron inalterables a través del tiempo.
Los bosques eran fuente de alimento vegetal (todo tipo de hongos y hierbas), así como recurso alimenticio para el ganado y proveían de carne y pieles provenientes de la caza.
Más allá de todo eso, su abundancia aseguraba la defensa del territorio, la provisión de agua dulce y la vivienda de muchos que sin habitar en las urbes, veían la vida en el campo como una forma de mantenerse aislados de las penalidades que Roma confería a las gentes de poca alcurnia.
Pero la fertilidad no se genera a sí misma. Las plantas se reproducen por su dualidad y los animales buscan a su pareja para criar a sus retoños.
Y así, la misma Diana, fecundada por Virbius (que no es sino el mismo Hipólito griego) y quién es mencionado como el «Primer Sacerdote de Diana o Primer Sacerdote de Nemi», el «Primer Rey de la Gruta» (Rex Nemorensis), es la receptora de la semilla masculina. Nemi es un lago consagrado a la diosa Diana y sede de la Nemoralia o Festival de las Antorchas realizado entre el 13 y 15 de agosto o en la luna llena de dicho mes.
En estos días, estaba prohibido matar o cazar cualquier animal.
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Las Esposas de Dios
En la tradición Devadasi, al sur de la India, las niñas se casan con una divinidad, y aprenden a servirla de la mejor manera. Tal como las vestales, cuidan el templo, son herederas de los rituales secretos y tienen una posición social predominante. El tiempo de preparación lleva de 8 a 16 años y su dedicación es la ceremonia de matrimonio con la divinidad.
Babilonia y el Hieros Gamos
Muchos hemos escuchado el término «prostitución sagrada» y en Sumeria esto se llevaba a cabo por la Alta Sacerdotisa de Inanna, quien elegía a un hombre joven para llevarlo a la cama.
Este representaría a Dumuzi, el dios pastor esposo de la diosa. Y ambos celebrarían el matrimonio sagrado en la ceremonia anual Duku, justo antes de la luna invisible en el equinoccio de otoño.
La Esposa Divina
Frazer en el libro citado menciona:
En Tebas. Egipto, dormía una mujer en el templo de Ammón como
consorte del dios y, al igual que la esposa humana de Baal en Babilonia,
se decía que no podía tener contacto con hombre alguno. En los textos
egipcios es frecuentemente mencionada como «la esposa divina» y en
general no era personaje menos importante que la misma reina de Egipto,
pues según los egipcios sus monarcas eran engendrados realmente por el
dios Ammón que tomaba la forma del rey reinante y así disfrazado tenía
cópula con la reina. La procreación divina está grabada y pintada con
eran detalle en los muros de dos templos de los más antiguos de Egipto,
el de Deir el Bahari y el de Luxor, y las inscripciones que están junto a
las pinturas son descripciones que no dejan lugar a duda alguna sobre la
significación de las escenas.
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Los Celtas y la Diosa de la Soberanía
Entre los celtas es el gobernante quien se casa con la Diosa de la Soberanía a través de una yegua blanca.
Durante la ceremonia de Lughnasad, los romanos describieron rituales en los que el Gran Astado como símbolo del bosque, se unía a la Doncella, como símbolo de la tierra. Hoy en día, en Bretoña, provincia de Lugo en España, todavía se celebran bodas celtas.
En su artículo «La diosa de la soberanía en la religión, la mitología y el folklore de los celtas y otros pueblos de la Antigüedad«, María Alberro menciona:
En otros casos el rey recibe directamente el poder real mediante su unión con una diosa, como sucede en el banais ríge o “fiesta de boda real” de la antigua Irlanda. De hecho, las diosas célticoirlandesas, Inanna en Sumeria, Sri-Laksmi en la antigua India, y otras varias, conceden y garantizan el reino y el poder real en el contexto y a través del amor carnal. Al realizar un hieros gamos, el rey es considerado como el esposo de la diosa, de la que recibe los poderes necesarios para gobernar en forma satisfactoria.
El Gran Rito en Wicca
La transmisión del Gran Rito pasó hoy en día a la magia Wicca por medio de su creador, Gerald Gardner, quien en su sabbats mencionaba que debía hacerse siempre que fuera posible, ya fuera simbólico o verdadero.
Gardner menciona sobre la desnudez y en particular sobre el Gran Rito:
Para nosotros es natural, y si ayuda a la Gran Obra es bueno. Es cierto que una pareja ardiendo con un frenesí por el conocimiento puede ir directamente a su objetivo, pero la pareja promedio no tienen este fuego. Les mostramos el camino, nuestro sistema de apoyos y ayudas (es decir, ritual mágico). Una pareja que solo trabaja con la lujuria nunca alcanzará nada en cualquier caso; pero una pareja que se ama cariñosamente, ya debe dormir junta, y el primer frenesí del amor habrá pasado, y sus almas ya estarán en sintonía. Si la primera vez o dos se quedan un rato para adorar a Afrodita, sólo uno o dos días se pierden, y el intenso placer que obtienen sólo los lleva de nuevo a los misterios de Hermes, y sus almas están más sintonizadas con la gran búsqueda. Una vez que hayan perforado el velo, no mirarán hacia atrás. Este rito puede ser utilizado como la mayor de las magias si se hace con ambos compañeros fijando su mente firmemente en el objeto y no pensando en el sexo en absoluto. Es decir, debes fijar tan firmemente tu mente en tu objeto que el sexo y todo lo demás no son nada.
Sin embargo, la gran mayoría de practicantes de Wicca y Paganismo hoy en día, solamente realizan el Gran Rito en forma simbólica, tal como se presentó al inicio.
Integrar en los rituales de fertilidad esta práctica, rememora y canaliza la energía del Sagrado Masculino y del Sagrado Femenino en co-creación.
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