Cómo trabajar con la Energía Lunar
La energía lunar es importante, no solamente para las mujeres, sino para todos los seres vivos de este planeta.
Para todos nosotros, el único satélite que tenemos y por el que nos vemos influenciados junto con el Sol, es la Luna.
Ella es la Gran Madre de todas las tradiciones, la Doncella y la Anciana pero empecemos a develar algunos de sus misterios.
Las Fases Lunares
La Luna en su constante movimiento se nos presenta con varias fases y cada una tiene una importancia primordial.
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Luna Nueva o Novilunio.
En la Luna Nueva, el Sol y la Luna se encuentran en conjunción.
En una carta celeste se puede ver la Luna entre la Tierra y el Sol, en línea recta a 180°.
Es normalmente a partir de este día, que empezamos a contar un mes lunar completo de aproximadamente 29 días.
En el novilunio, la luna no es observable en el firmamento porque la oculta el resplandor del Sol.
Por semejanza, en la fase nueva trabajamos introspección, los aspectos ocultos de algo, lo que no se observa a simple vista, el inconsciente, la planeación, la creación mental.
Como el Sol y la Luna se encuentran alineados, es el momento ideal para lograr coherencia mental, para hacer que ambos hemisferios cerebrales se comuniquen entre si en armonía, para lograr que los aspectos femeninos y masculinos, activos y pasivos se reconcilien y trabajen por un fin común. Armonización.
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Luna Creciente
En la fase Creciente, el Sol y la Luna se encuentran en un ángulo de 90°.
Poco a poco la figura de la luna se va mostrando en el firmamento y por eso decimos que va creciendo.
Por semejanza, en la fase creciente trabajamos el desarrollo de metas y objetivos.
Es el momento de llevar a la práctica lo que planeamos, de salir de nuestra zona de confort, de iluminarnos poco a poco.
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Luna Llena o Plenilunio
En la Luna Llena, el Sol y la Luna se encuentran en oposición, uno a cada lado de la Tierra que se encuentra en medio.
Sucede aproximadamente a los 14 días del ciclo lunar. En este momento, la luna es observable en todo su esplendor debido a que refleja la luz solar.
Por semejanza, en la fase llena trabajamos empoderamiento, la liberación de toda la energía lunar generada en las fases anteriores para manifestar los objetivos que nos fijamos.
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Luna Menguante
En la fase Menguante, el Sol y la Luna se encuentran en un ángulo de 90°.
Poco a poco la figura de la luna se va ocultando en el firmamento y por eso decimos que va menguando.
Por semejanza, en la fase menguante nos deshacemos de lo que no nos corresponde, de los obstáculos, creencias limitantes, sentimientos o relaciones que no están contribuyendo a que ese objetivo se lleve a cabo.
Vamos liberando el control que ejercimos para que nuestra creación actúe sola.
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Luna Oscura
No es una fase como tal, sino el momento intermedio entre la menguante y la nueva, en donde no se observa ninguna parte del disco lunar en el firmamento.
Por semejanza, la fase oscura es un momento de tranquilidad en el que descanso del proceso creativo, en el que observo los resultados, mido mis fuerzas actuales, reestructuro mis objetivos, enfoco la fuerza hacia mi sanación y reconstrucción.
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¿Por qué la Luna Nueva y la Luna Llena son tan importantes?
Las Mareas
Porque al encontrarse en línea recta la Tierra, la Luna y el Sol, la fuerza que ambos astros ejercen sobre nuestro planeta es considerablemente importante.
Tanto plantas, animales y seres humanos nos vemos afectados por el movimiento que ejercen en los fluidos de nuestros cuerpos, así como el planeta se ve afectado en el movimiento de las mareas.
En la luna creciente y la menguante, la Tierra, el Sol y la Luna se encuentran en un ángulo de 90° por lo que sus fuerzas de gravedad no se suman.
Todos los plenilunios son momentos naturales en los que la fuerza gravitacional de la Luna se ejerce con mayor potencia sobre nuestro planeta.
Sabemos que los fluidos son los más influenciados por este fenómeno y por ello el mar tiene distintos tipos de mareas según la fase lunar.
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Mareas vivas (energía lunar activa) y Mareas muertas (energía lunar pasiva)
Durante las lunas nuevas y las lunas llenas, tenemos mareas vivas (de conjunción o de oposición, según sea fase nueva o llena) ya que el Sol, la Luna y la Tierra están alineados.
Mientras que durante el cuarto creciente y el cuarto menguante hay mareas muertas, ya que el Sol, la Luna y la Tierra están en un ángulo de 90°.
El efecto más espectacular de la marea viva en el mundo se registra en Normandía, en el norte de Francia, concretamente en el Mont Saint-Michel.
Durante las mareas vivas, es cuando los peces salen a comer, sobre todo al amanecer y al ocaso; durante las mareas muertas, hay menos movimiento en el fondo marino y los peces no son tan activos como en las otras fases.
Además de las fases lunares, en un solo día lunar hay dos pleamares y dos bajamares, porque al mismo tiempo que la Luna eleva el nivel del agua en el lado en el que está, en el lado contrario (donde hay sol o es de día) también separa al agua.
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Energía Lunar en el cuerpo: El líquido y las zonas vitales
Entonces, si bien los seres vivos no poseemos la cantidad de líquido que tiene el mar, también vivimos el mismo efecto que los cuerpos de agua, en proporción a nuestra masa.
En un hombre adulto, el agua representa aproximadamente el 60% de su peso; en una mujer adulta entre el 50 y 55% de su peso en promedio.
Pero esto varía con la edad, el sexo y los tejidos del cuerpo. La carne magra contiene un 73% de agua, mientras que el tejido adiposo solamente un 10%.
Así podríamos decir que estamos en marea viva en el momento de un plenilunio y por lo tanto tendemos a retener más líquido y en zonas más vitales, eso perturba la homeostasis natural del cuerpo, por lo que nos genera alteraciones que dependiendo cómo las utilicemos, serán favorables o desfavorables.
Este esquema nos permite ver cómo se reparte el líquido en nuestros órganos. Con él te darás cuenta de que los órganos vitales almacenan o gestionan muchos líquidos, esto sin tomar en cuenta el sistema linfático.
Más agua=Más Energía lunar
Por ello, mientras más agua contengamos más expuestos estamos a la energía lunar, tal como muestra la figura de los seres vivos en donde la medusa tiene 95% de agua y una lombriz de tierra está compuesta por 83%.
Recordemos que cuando la marea está viva, estos líquidos pasan más tiempo en la parte superior del cuerpo, en una suerte de edemas controlados o naturales.
Esto hace que tengamos síntomas de pesadez, aletargamiento, lentitud y por lo tanto que al sentirnos diferentes de lo habitual estemos más irritables.
Algo que parecería ilógico es que lo recomendable entonces es tomar agua y diuréticos naturales como la jamaica, la piña, el té o las bebidas calientes.
Sí, tomar agua le mandará la señal a nuestro cuerpo de que hay suficientes líquidos y puede liberar el exceso, además de que las bebidas calientes lo estimularán a sudar y de esa forma a descongestionarte.
Otra práctica recomendada es la meditación.
El agua en Ayurveda tiene características frías, húmedas, pesadas y burdas, por lo que si está en exceso nuestra mente estará abotargada y las emociones estarán a flor de piel.
Con la meditación y el control de la respiración podemos canalizar esta abundante energía hacia la atención de nuestros proyectos.
La Energía Lunar en Plantas y Personas
La siembra es adecuada en el novilunio, porque de esta forma la semilla germinará en el interior húmedo de la tierra y se aprovechará el impulso de la fase creciente en los próximos días.
También se recomienda el mantenimiento de las plantas (deshierbar, podar, abonar), ya que la savia está alojada en las raíces y los cambios que hagamos no las afectarán rápidamente.
Las plantas que deben ser cosechadas son los tubérculos o raíces, por la misma razón.
Pero por qué habiendo la misma fuerza en la Luna Nueva y en la Llena ¿la savia de las plantas reacciona de diferente manera que las mareas?
Esto se debe a la luminosidad lunar, que ejerce su influencia en la germinación de las plantas.
La presión que ejercen los fotones solares sobre los vegetales, no les permiten los cambios nutritivos sutiles que las semillas necesitan para su desarrollo, además la fotosíntesis es superior cuando se acerca el plenilunio y los rayos lunares suman su fuerza a los solares.
Esta es la razón de que la savia se desplace hacia los polos de la planta (raíces vs tallo y ramas) en cada una de las fases lunares más fuertes.
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Y lo mismo nos sucede a nosotros.
Cuando la Luna está llena, podemos presentar con mayor facilidad retención de líquidos, irritabilidad, hipersensibilidad, erupciones cutáneas, insomnio o impaciencia.
Pero esto sucede por la gran cantidad de energía acumulada que está a nuestra disposición y que no sabemos hacia dónde dirigir. Normalmente, los efectos de la luna llena los vemos más presentes en el cuerpo.
Los efectos de la luna nueva están más relacionados con cuestiones mentales, como letargo, depresión, momentos de reflexión, deseo de descansar y dormir, sueños vívidos.
Son momentos adecuados para disminuir el ritmo ya que no hay demasiada energía a nuestra disposición.
Cuando pensamos en los síntomas de estas dos fases lunares (nueva y llena), podemos compararlo como cuando estás tomado de la mano de la persona que amas, y lo único que quieres hacer es concentrarte en ella y olvidarte de todo (luna nueva-conjunción).
Toda tu energía está focalizada en ambos.
Mientras que cuando estás en desacuerdo con lo que esa persona dice (luna llena-oposición), tienes ganas de sacar el coraje y manifestarlo en una discusión, haciendo ejercicio o de alguna otra forma en que puedas liberarte.